La primera y principal verdad es que Dios sólo está esperando tu retorno para perdonarte y hacer fiesta en el cielo.
♣ El profeta Amós: nos enseña que es necesario tener un miedo saludable al castigo eterno, que nos empuja a iniciar una vez por todas nuestras conversiones. O nos convertimos o morimos, Oseas va más allá, pues, no basta temer al infierno para convertirse, es necesario entender que Dios nos ama, y comprender lo mucho que hemos perdido al alejarnos de Él.
♣ Isaías: Nos dice que solamente podemos confiar en Dios, Él es el único que nos puede salvar. Así como el niño confía en su padre, así nosotros debemos confiar en el amor paterno de Yavé.
♣ Jeremías: Nos enseña que la conversión nos obliga a romper con todo aquello que propicia la ocasión de ofender a Dios, incluidos los malos hábitos y malas costumbres adquiridas en nuestra vida. En una palabra, romper con el pasado de pecado.
♣ Ezequiel: Nos dice que todos los días debemos revisar nuestra conciencia; por ejemplo, antes de dormir, para corregir el rumbo, no apartarse del camino de Dios y recibir un corazón nuevo.
♣ Juan Bautista: Nos dice que, la conversión es arrepentirse de los pecados pero, es también hacer obras dignas de penitencia, (servicio al prójimo, como dice Santiago: "Son las obras buenas las que justifican al hombre").
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